(Primera parte de la declaración de
Sebastián)
“A medida que
iba encontrando pruebas estaba convencido de que podía ser real. Yo empecé a
dudar y tardé, y uno de los temas que me trababan era el tema de Ángel (Capitolino, su apropiador) y lo
judicial. Cuando falleció fue un alivio. Pero hoy siento que fue una pérdida de
tiempo porque me gustaría tenerlo acá y ser querellante contra él”, explicó el nieto Sebastián Casado Tasca, ante el TOF 1 de La Plata, sobre el proceso que atravesó para recuperar su
identidad.
“Finalmente
fui a la CONADI
con un amigo, Charly”, continuó y luego, narró que en un asado conoció a Luz,
su actual mujer, que es familiar de su apropiador pero es también quien la ayudó a
buscar su identidad: “María José (hermana
de crianza) se encuentra con los padres de Luz y nos invitaron a cenar. Me
quedé hablando con Luz. Me dijo que era compañera de teatro de la hermana de Juan
Cabandié. Cuando se fueron todos yo me quedé y le conté que estaba buscando mi
identidad y a partir de ahí me acompañó varias veces a la CONADI. Me hice el ADN
en septiembre de 2005. El 2 de febrero de 2006 se supo el resultado y el 9 me lo informaron”.
“A medida que
pasaba el tiempo no sabía qué iba a pasar. Me llamaron el 8 de febrero y me
dijeron que estaba el resultado. Yo
tenía un vínculo con Analía y con Claudia, de la CONADI. Las llamé para decirles
que me habían hablado del juzgado. Ellas me respondieron que no fuera al
juzgado y me citaron a la CONADI
al otro día. Fui con Luz a la
CONADI y me dieron el resultado. Ahí estaba Iván, que me
recibió con una sonrisa y un abrazo”, contó llorando Sebastián. Y continuó: “Iván
me abrazó y me di cuenta de que era hijo de desaparecidos”.
Sebastián
contó que el resultado se lo dio Ramón Torres Molina. “Leí que era en un 99,9999 por ciento hijo de ellos (Gaspar y Adriana). Entendí que era hijo de mis viejos. Torres
Molina me dijo que firmara y ese momento fue muy simbólico porque no sabía cómo
firmar. Le dije ‘¿cómo firmo?’. Y firmé Sebastián”.
Después contó cómo fue el encuentro con su familia, ese mismo día: "Salí y estaban todos emocionados llorando. Me dijeron que mi tía estaba cerca.
La primera que llegó fue Cotita, y después empezaron a llegar todos: Fede, José.
Fue un momento maravilloso. Esa misma noche me fui a Mar del Plata a conocer a
mi familia. Fue hermoso, lo mejor que me pasó en la vida. Otros chicos por ahí
se sintieron en algún momento del otro lado, pero a mí nunca me pasó. Yo tenía
miedo de haber inventado todo, de haber imaginado esto. Pero no”.
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