viernes, 2 de noviembre de 2012

Sebastián Casado Tasca: “Esa misma noche me fui a Mar del Plata a conocer a mi familia. Fue hermoso, lo mejor que me pasó en la vida”


(Foto: Rolando Andrade)

 (Primera parte de la declaración de Sebastián)

“A medida que iba encontrando pruebas estaba convencido de que podía ser real. Yo empecé a dudar y tardé, y uno de los temas que me trababan era el tema de Ángel (Capitolino, su apropiador) y lo judicial. Cuando falleció fue un alivio. Pero hoy siento que fue una pérdida de tiempo porque me gustaría tenerlo acá y ser querellante contra él”, explicó el nieto Sebastián Casado Tasca, ante el TOF 1 de La Plata, sobre el proceso que atravesó para recuperar su identidad.

“Finalmente fui a la CONADI con un amigo, Charly”, continuó y luego, narró que en un asado conoció a Luz, su actual mujer, que es familiar de su apropiador pero es también quien la ayudó a buscar su identidad: “María José (hermana de crianza) se encuentra con los padres de Luz y nos invitaron a cenar. Me quedé hablando con Luz. Me dijo que era compañera de teatro de la hermana de Juan Cabandié. Cuando se fueron todos yo me quedé y le conté que estaba buscando mi identidad y a partir de ahí me acompañó varias veces a la CONADI. Me hice el ADN en septiembre de 2005. El 2 de febrero de 2006 se supo el resultado y el 9 me lo informaron”.


“A medida que pasaba el tiempo no sabía qué iba a pasar. Me llamaron el 8 de febrero y me dijeron  que estaba el resultado. Yo tenía un vínculo con Analía y con Claudia, de la CONADI. Las llamé para decirles que me habían hablado del juzgado. Ellas me respondieron que no fuera al juzgado y me citaron a la CONADI al otro día. Fui con Luz a la CONADI y me dieron el resultado. Ahí estaba Iván, que me recibió con una sonrisa y un abrazo”, contó llorando Sebastián. Y continuó: “Iván me abrazó y me di cuenta de que era hijo de desaparecidos”.

Sebastián contó que el resultado se lo dio Ramón Torres Molina. “Leí que era en un 99,9999 por ciento hijo de ellos (Gaspar y Adriana). Entendí que era hijo de mis viejos. Torres Molina me dijo que firmara y ese momento fue muy simbólico porque no sabía cómo firmar. Le dije ‘¿cómo firmo?’. Y firmé Sebastián”.

Después contó cómo fue el encuentro con su familia, ese mismo día: "Salí y estaban todos emocionados llorando. Me dijeron que mi tía estaba cerca. La primera que llegó fue Cotita, y después empezaron a llegar todos: Fede, José. Fue un momento maravilloso. Esa misma noche me fui a Mar del Plata a conocer a mi familia. Fue hermoso, lo mejor que me pasó en la vida. Otros chicos por ahí se sintieron en algún momento del otro lado, pero a mí nunca me pasó. Yo tenía miedo de haber inventado todo, de haber imaginado esto. Pero no”. 

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